"LA SANGRE QUE CORRE", opinión de Martha Wolff, periodista

La sangre que corre, de Myrtha Schalom, Editorial Galerna,   por Martha Wolff


Con una frase al comienzo del libro, Myrtha Schalom, abre su mundo desde el submundo con estas palabras de Alejandra Pizarnik: “Una mirada desde la alcantarilla puede ser una visión del mundo”, palabras que desde el comienzo nos orienta hacia la vida de seres que sin ser vistos, al rescatarlos, permiten tener otra perspectiva de la sociedad que ignoramos, que este caso es la vida del Barrio de Mataderos

Con este abordaje Myrtha Schalom enriquece en este libro el conocimiento de un lenguaje sobre la faena, un idioma local como el lunfardo con códigos propios y el comercio de la carne, de la evolución del teatro ídish, de términos boxísticos, de los acontecimientos que sucedían en el país, las costumbres de época, la importancia de la radio en la vida cotidiana, en fin una fuente de cultura mezclada en una novela.
Myrtha es una gran escritora, pero sobre todas las cosas es actriz y una directora de teatro, que en su inspiración literario dispone de sus temas y personajes al igual que resuelve la obra sobre el escenario. En este caso, en este libro “La sangre que corre”,eligió cuatro: la colonia Moisesville, la ciudad de Buenos Aires, el barrio de Mataderos y la ciudad de Rosario donde transitan  para que se encuentren o desencuentren sus actores que buscan dentro de la dramaturgia propuesta  sobrevivir o vivir.
“La sangre que corre” es la segunda novela de Myrtha  Schalom de denuncia a su manera, manera literaria de investigar y mostrar la verdad encubierta de prácticas sociales vigentes como la esclavitud a mujeres para obtener rédito prostituyéndolas, y el pagar con sangre la rebeldía política o religiosa tan actual y tan vieja como el tiempo. Todo tan actual como las noticias que leemos a diario en las cuales el poder de ciertos poderes sigue matando tanta gente como la droga.
La sangre que corre es en el libro de Myrtha  el tema central, porque habla de dos clases de sangre: la sangre que circula en venas y arterias y que simbolizan la sangre de la vida y la sangre que se desangra y que se paga con la muerte de manos del odio y la agresión política, religiosa, social y económica. Dicho de otra manera hay dos clases de sangre: la legal y la ilegal.
La sangre en este libro es la sangre tinta que contiene en su cuerpo la oxigenación de la libertad y la sangre intoxicada de la represión que mata y por la que se abren las venas sangrantes de América Latina, del decir de Eduardo Galeano.
Myrtha eligió sus personajes judíos y no judíos para  hablar de hombres y mujeres libres y esclavos, de hombres ortodoxos y laicos, de hombres y mujeres trabajadoras, artistas y deportistas, de movimientos sindicales y movimientos culturales, de las colonias judías santafecinas y de barrios céntricos y suburbanos, de hombres y mujeres simples que hacen a la historia que ella quiere contar. Porque Myrtha se propuso en el encuentro de un ídolo popular como fue el Torito de Mataderos con la hija de polacos inmigrantes, describir la doble imagen entre lo que se ve y lo que es cada ser humano al debatirse entre lo permitido y lo silenciado por los prejuicios.
La autora como mujer humanista rescata en esta obra a la mujer judía que ya sabe de pogroms padecidos por sus padres, de emigración, de adaptación a la Colonia Moisesville, de casarse con el hijo de un moihl, circuncizador y como derivación profesional shoijet, matarife bajo el ritual judío. Este trabajador creyente y practicante de su religión es un hombre que se gana la vida con la carne, para desangrarla como exige el kashrut y ella como hija de polacos no quiere borrar de su sangre ni su origen ni  la ambición de llegar a ser una actriz. Y digo su origen porque al salir del gheto se encontrará con el Gardel del boxeo, hombre popular, romántico, famoso que le hará cambiar sus sentimientos así como su entorno las costumbres de un nuevo mundo.
El aquel Barrio de Mataderos, barrio de ríos de sangre de animales degollados y deshechos convertidos en donde  los mucangueros las rescataban para ganarse el sustento, es en síntesis el telón de fondo por donde corre otra sangre que es la del boxeador El Torito de Mataderos que se ganaba la vida de esa manera y la profesión de pugilista, deporte que se paga también hasta que la sangre corra en un cuadrilátero, dicho metafóricamente hasta ver derribado al adversario.
El amor, la pasión, la tentación de otra cultura a la judía, el prototipo de hombre diferente al colono judío, la mirada a otras mujeres que no son las ortodoxas, los levantamientos sindicales que se pagan con la sangre de obreros, la vida del teatro que hace subir la sangre a la cabeza del personaje de Berta sobre el escenario, la sangre de los accidentes de trabajo y de destino que Myrtha muestra, son trabajosamente elegidos para describir una época o varias épocas en la que todo tiene que ver con todo, pero sobre todo con la sangre que corre de adentro y de afuera de los personajes mientras corre la historia de los acontecimientos más allá de lo personal que dejan huellas en sus vidas. Otra sangre que corre en las páginas es el de la esterilidad de Berta y la maternidad de su amiga Broje enfocadas desde el hijo del amor y el hijo del desamor que será el desencadenante del amor de amigas comprometidas con esa amistad. Ese hijo que aparece es el símbolo de los hijos que buscan su identidad robada o negada, tema tan conocido en la Argentina de los setenta.
Myrtha vuelve en este libro a señalar a la Zwi Migdal cambiando Buenos Aires por lo que fueron los prostíbulos de Rosario y con esta elección rescata la historia de una amiga de Berta que paga con su vida hasta escupir sangre el dolor, la impotencia, la injusticia como es también el final del Torito de Mataderos por haber sido explotados, una por proxenetas y el otro por managers. Finales repetidos tales como el de Gatica o Edith Piaf.
Este libro de Myrtha Schalom nos lleva hasta el Proceso con su inmundo asesinato y torturas cuyas sangre reclaman hasta hoy Justicia y en ese peregrinar por la Historia grande e Historia chica  nuestra homenajeada de hoy abre al lector la vida en barrios y la vida judía aquí y en Europa con el horror del Holocausto y la sangre de 6.000.000 de judíos asesinados.
Como dijo Churchill ante el que fuera el inminente desembarco de Normandía: este libro le costó a Myrtha Sangre, Sudor y Lágrimas:
Lágrimas por su apasionamiento
Sudor por su andariego recorrido en busca de datos y
Sangre como dije al principio de denuncia por la sangre derramada en 50 años de Historia Europea y Argentina. Mazal tov por este enlace de conocimientos que permiten al lector viajar en el tiempo. Y gracias por subir el telón de la imaginación para el encuentro entre  personajes que desangran su intimidad en el cuaderno de confesiones de Berta.  Ella y Justo Suárez - que más allá de la gloria - es tan feliz acorralando a la rusita como al iluminarse sobre el ring del Madison Square  Garden.
Myrtha sintetiza sus peleas a  la pelea personal  para llegar a ser él mismo.
Para finalizar cito del libro cuando Myrtha hace reflexionar a Berta al llegar desde Moisesville con su esposo a trabajar en Buenos Aires: “…el telón del teatro se cerraba para abrir el escenario de una vida en común”.
Aplausos a la artista y escritora para esta novela que suma a la literatura argentina. Y repito una frase que habla de la sangre que corre por Myrtha: “Tengo el cuerpo todo lleno de palabras. En los análisis de sangre siempre aparecen más palabras que glóbulos”.

No hay comentarios: